La investigación operativa es un método analítico avanzado que permite la resolución de problemas y la toma de mejores decisiones en las organizaciones, identificando los mejores cursos de acción posibles.

En los siglos XVII, XVIII y XIX matemáticos como Christian Huygens y Blaise Pascal abordando el problema de la partida interrumpida a través de probabilidad y combinatoria, mientras que Charles Babbage investigación de  sobre el costo del transporte en 1840, pero fue a partir del siglo XX, el estudio de la gestión de inventarios podría considerarse el origen de la investigación de operaciones con el concepto de cantidad económica de pedido desarrollado por Ford W. Harris en 1913.

La investigación operativa moderna se originó en el Establecimiento de Investigación de Bawdsey en el Reino Unido en 1937 y fue el resultado de una iniciativa del superintendente del establecimiento, A. P. Rowe, que concibió la idea como un medio para analizar y mejorar el funcionamiento del sistema planteado de alerta de radar temprana del Reino Unido, y de su red de instalaciones (Chain Home (CH)). Inicialmente, analizó el funcionamiento del equipo de radar y sus redes de comunicación, expandiéndose más tarde para incluir el comportamiento del personal operativo. Esto reveló limitaciones no apreciadas de la red CH y permitió que se tomaran medidas correctivas.

Segunda Guerra Mundial

El campo moderno de la investigación operativa surgió durante la Segunda Guerra Mundial. Se definió como "un método científico para proporcionar a los departamentos ejecutivos una base cuantitativa para la toma de decisiones sobre las operaciones bajo su control".​ La actividad también era conocida como análisis operacional (Ministerio de Defensa del Reino Unido desde 1962)​ y gestión cuantitativa.​


La investigación de operaciones fue usada en este guerra para diversas situaciones como:

  • Reducir el número de disparos de la defensa antiaérea necesarios para derribar un avión enemigo
  • Reducir las pérdidas de cargueros
  • Para cazar y destruir submarinos
  • Determinar la separación a la que deberían volar los bombarderos para minimizar las pérdidas
  • Redistribuir los aviones a áreas de patrulla más productivas.
  • Determinar el camuflaje más efectivo.

La investigación operacional duplicó la tasa de acierto de los bombardeos sobre los objetivos previstos de los Boeing B-29 Superfortress que atacaban Japón desde las Islas Marianas, al aumentar la proporción de entrenamiento del 4 al 10 por cien de las horas de vuelo; reveló que las manadas de lobos de tres submarinos de los Estados Unidos eran el número más efectivo

Después de la Segunda Guerra Mundial

Con las técnicas ampliadas y la creciente concienciación sobre el terreno al final de la guerra, la investigación operativa ya no se limitó solo a la táctica, sino que se extendió para abarcar la adquisición de equipos, la capacitación, la logística y la infraestructura. La investigación de operaciones también creció en muchas otras áreas además del ámbito militar una vez que los científicos aprendieron a aplicar sus principios al sector civil. 

Con el desarrollo del algoritmo símplex para programación lineal en 1947​ y el desarrollo de computadoras en las tres décadas siguientes, la investigación operativa ahora puede "resolver problemas con cientos de miles de variables y restricciones. Además, los grandes volúmenes de datos requeridos para tales problemas pueden ser almacenados y manejados de manera muy eficiente."